Por Irene Serrano
Me recomienda un buen amigo que sea más optimista en lo que escribo, que no conviene fijar tanta atención en las malas noticias, que basta ya con la dosis diaria que recibimos a través de las portadas de los diarios. Para muestra, sólo hay que leer las de hoy: "Putin pone en estado de alerta a las tropas del centro y oeste de Rusia"; "la hambruna y la desesperación campan a sus anchas en Yarmuk"; "Bárcenas defraudó 11,5 millones de euros entre 2001 y 2011"; la banca "debe a las comunidades de vecinos 342 millones de euros". Y no sigo, ¡para qué alargar esta agonía!.
Siguiendo este consejo busco algo positivo, pero que no resulte pueril, para esto ya tenemos la conclusión que ciertos medios deducen del debate anual sobre el estado de la nación y que ha dado titulares como: "Rajoy da por acabada la crisis", como si fuera el último acto de una representación teatral y ahora tocara aplaudir.
Como esta tarde andaba extraviada la inspiración he abierto nuestro blog, y ahí estaba, esperando, la vida vivida por una mujer extraordinaria, fallecida el pasado domingo a la edad de 110 años, Alice Herz-Sommer. Esta pianista, cuyo talento musical le salvó de ser sacrificada junto a otras personas de origen judío, en el campo de concentración de Terezin, recordaba la cita de Friedrich Nietzsche: "Sin música, la vida sería un error".