Ideas y fracasos

Por Daniel Movilla  

Me acaba de llamar una buena amiga mía, para pedirme que dé una charla a unos jóvenes estudiantes. Son alumnos de un centro de enseñanza de Valladolid. La idea de mi amiga es que yo les hable de emprendedores, de cómo sacar adelante ideas y luchar por ellas. 

Si les digo la verdad, tengo la enorme duda de ser yo la persona indicada para dar esa charla porqué la verdad, de todas las ideas que he tenido, aunque es cierto que muchas de ellas las he puesto en practica, la mayoría han fracasado. No hablo de ocurrencias, que de esas he tenido muchas y algunas muy graciosas.

Así que le he propuesto a mi amiga que si quiere que yo dé esa charla, la tenemos que estructurar en varios capítulos: 

El primero sería "La importancia de estar todo el día intentando crear cosas". Luego, seguiríamos con "Como se fracasa en la mayoría de las ideas, cuando se intentan llevar a la practica" . Mas tarde les contaría que "Los fracasos, muchas veces, son por tu culpa únicamente". A continuación hablaríamos de "Por qué es necesario, aun así, intentarlo otra vez". Y acabaríamos con "El secreto de cómo seguir adelante a pesar de todos los fracasos"

Le he propuesto además, que cuando hablemos de emprendedores no lo circunscribamos al área profesional. Que hablemos de los emprendedores del día a día. De los luchadores por sobrevivir. De ese tipo de gente que cada día abunda mas. Ellos también merecen ser reconocidos.

Si ella acepta este temario y esta extensión, yo estaré encantado de contar mi experiencia a esos estudiantes.

Porque realmente, hoy, cuando, al hilo de esa petición, he repasado mi trayectoria de vida y mi trayectoria profesional, me he dado cuenta de que aun siendo verdad absoluta cada uno de los capítulos de la charla, aun siendo una enorme realidad los claroscuros que refleja mi vida, no es menos cierto que el capitulo mas importante de la vida es el ultimo de la charla, porque si eres capaz de seguir adelante a pesar de todos los fracasos y sigues creyendo en ti mismo, ya pueden venir juntos, carros y carretas, montes y montañas, mequetrefes e iluminados varios, que nadie será capaz de destruirte.

Así que, a pesar de que esta semana, definitivamente y de forma poco ortodoxa, se pone punto y final a otra buena idea que ha chocado con la realidad de un mundo lleno de interés personales y de ambiciones nunca satisfechas, voy a aplicarme el cuento y a seguir creando. Una vez mas lo digo: No vale de nada deprimirse por un fracaso.

Espero tener la satisfacción de que algún día, mis amigos, mi familia y algún que otro idealista, diga que compartió su vida y su amistad con un luchador. Con un hombre al que nunca, nada, le hizo desistir de sus ideas.